martes, 29 de diciembre de 2015

Pozu Polio (Mieres)

El Pozu Polio recibe el nombre de la mítica montaña mierense y esta ubicada en Santa Rosa, parroquia de Rioturbio (Mieres).  En sus orígenes, fue una de las explotaciones más importantes de la antigua Fábrica de Mieres a la que abastecía de carbón y uno de los primeros grandes entramados industriales en la historia de España. Tras la nacionalización de la mayor parte de la minería asturiana, acometida por el Gobierno de Franco en el año 1967, Polio pasó a pertenecer a la compañía pública HUNOSA. Y así se mantuvo en servicio hasta el 1 de noviembre del año 1992, fecha en la cual cerró, junto con otros pozos, que también lo hicieron en fechas próximas (como San Víctor, San Mames o Mosquitera), todos ellos como consecuencia de la reconversión minera.

El panorama actural que ofrece, es de dos pozos, que fueron profundizados en los años 50, con sus correspondientes castilletes y los restos de los edificios utilizados durante su explotación
Llama la atención los dos castilletes, gemelos, que tienen una altura de 39,41m. Asentados sobre una plataforma de terreno artificial, elevado junto al río. Están construidos en acero soldado y roblonado y sus poleas se encuentran en diferentes planos. Los apoyos de los castilletes penetran en el edificio central que alberga la sala de máquinas y los compresores. Y junto a este edificio se sitúan el resto de pabellones de servicios, dando una imagen arquitectónica del conjunto.

"Antes de su adscripción a HUNOSA (Hulleras del Norte SA), esta explotación minera perteneció a la empresa Fábrica de Mieres, a su vez una de las dos empresas asturianas más importantes del país en el momento álgido de la industrialización española del cambio de siglo (del XIX al XX). Fue proyectado y construido bajo la dirección de ingenieros y operarios de la compañía propietaria. Las actividades comienzan en 1953, hasta un despliegue completo en 1956, con una profundidad máxima de 411 m. Su actividad se extinguió en 1980 y se cerró definitivamente en 1992.
Es una instalación con dos pozos, el Polio I para misiones auxiliares y el Polio II destinado a la extracción del mineral. Las piezas arquitectón
icas que integran en conjunto se disponen en una plataforma artificial sobre el fondo del valle. El conjunto está presidido por los dos castilletes, de igual factura. Los apoyos de los mismos penetran por el techo en el edificio central que aloja las salas de máquinas y compresores. A ambos lados de este edificio se ubican los pabellones que alojan la sala del pozo de ventilación y los servicios generales.

El lenguaje arquitectónico de este grupo de edificios presenta un carácter unitario e integrador. Por otra parte, la composición horizontal exhaustiva de cada uno de los volúmenes y de sus fachadas así como una leve articulación del volumen central, que se retranquea por los vientos norte y sur, además de la utilización del hormigón, el revestimiento cerámico vítreo y las carpinterías de hierro y vidrio, nos acercan a ciertas arquitecturas funcionalistas centroeuropeas e inglesas del período de entreguerras.

Asimismo, la disposición de las dos chimeneas de ventilación, ubicadas intencionadamente de un modo simétrico con respecto al lienzo este de la sala del pozo de ventilación, apunta de nuevo a la voluntad de introducir la geometría en la búsqueda de una funcionalidad necesaria para el programa del ingenio industrial. La “puerta” del pozo, el lugar de trabajo exterior y de acceso al interior y otros recintos presentan un relevante tratamiento de la luz natural, conseguido a partir de la disposición de los ventanales horizontales corridos. No dudamos en calificar dicho recurso y su resultado como un valor del mayor interés en este conjunto industrial.

Finalmente, debe citarse como pieza de gran fuerza plástica, por su factura y localización autónomas, el lavadero de carbón de hormigón visto, que completa un conjunto diverso de elementos industriales de notable interés. "  José Ramón Fernández Molina

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